viernes, 8 de diciembre de 2006

El más Grande

Nueva York. Mañana de diciembre ocho de mil novecientos ochenta. Mark David Chapman, en su cuarto de hotel, abre la Biblia que se encontraba en el cajón de esa habitación. Busca el evangelio según San Juan (John) y le añade “Lennon”. Toma el disco “Double Fantasy” y su revolver calibre 38. Abandona su habitación con una sola voz exclamando en su cabeza: “Hazlo”, “Hazlo”, “Hazlo”.

Nueva York. Mañana de diciembre ocho de mil novecientos ochenta. Mark David Chapman llega a las afueras del edificio Dakota. Ha merodeado por dos días antes el lugar y se ha hecho amigo de los seguidores de Lennon, por lo que su presencia no genera desconfianza alguna. John Lennon sale del edificio con Yoko Ono. Sus seguidores lo abordan. Chapman está entre ellos con el ejemplar de “Double Fantasy” en una de sus manos. No se mueve, no articula gesto o palabra alguna. Reacciona ante el empellón de algún otro seguidor que lo impulsa a entregar el disco a Lennon, quien lo firma: “John Lennon, december, 1980”. Entrega el disco a Chapman y le dice: “¿Eso es todo?” Chapman no responde. “¿Eso es todo?” vuelve a preguntar Lennon. Chapman por fin reacciona: “Eso es todo. Gracias”. Lennon se marcha, seguido por la mirada de un hombre que se sentía “defraudado”, y que en su cabeza las voces se sacudían diciéndole: “Hazlo”, “Hazlo”, “Hazlo”.

Nueva York. Noche de diciembre ocho de mil novecientos ochenta. John Lennon y Yoko Ono llegan al edificio Dakota después de un día común en sus vidas: estudios de grabación, entrevistas, fotografías. Enfilan hacía la entrada del edificio, pasan a un hombre que no los detiene para pedir un autógrafo o una fotografía. A sus espaldas ya, una voz exclama “Mister Lennon”. John no alcanza a dar la vuelta. Mark David Chapman acciona su revolver en seis ocasiones, de los cuales cuatro hacen impacto en el cuerpo de Lennon.

Nueva York. Noche de diciembre ocho de mil novecientos ochenta. John Lennon ha caído, abatido por unas balas sin poesía, sin música, sin sentimientos, que llevan muerte en su origen, que encierran el desequilibrio de un hombre que hizo caso a las voces que resonaban en su cabeza, seguro de que eran parte de una “revelación” que le permitiría hacer un bien al mundo. John Lennon llega al Hospital Roosevelt desangrado, colapsado, sin esperanza alguna de que los médicos hagan algo por él. El doctor Stephan Lynn, encargado en ese día de atender a John Lennon, al declararlo muerto y anunciarlo así a los medios, le preguntaron cómo se sentía, a lo que respondió: “Creo que el mundo podría haber sido sustancialmente mejor si hubiéramos podido salvarle”.

Así es como murio el más grande ya que solo Paul MCCartney puede compararsele, pero su muerte tan violenta lo convirtio en leyenda, el cofundador de la banda de Rock and Roll más grande que ha pisado y pisará este mundo cumple 26 años de no estar más físicamente así que solo oigamos sus excelentes composiciones y soñemos, o acaso ¿No has imaginado a toda lagente viviendo en paz?

3 comentarios, dudas sugerencias:

Nemo dijo...

Por que sera que la gente con talento, como Lennon tenga que morir tan pronto, aun así dejo huella de su paso por este mundo y creo que muchos jovenes seguimos disfrutanto de su música.

Monz dijo...

No mames, ahora que me entero de la muerte de Pinochet se vuelve mas injusta la situación... 91 años el cabrón. Ojalá Lenon hubiera vivido esos años

CrowJustice dijo...

Asi es pero ni modo que se le hará pinche gente nefasta vive más para hacer más pendejadas y la gente que es util se nos va rapido

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